Nuestros docentes cultivan un profundo respeto por los niños y están firmemente comprometidos con el aprendizaje continuo, tanto para sus estudiantes como para su propio desarrollo.

La Pedagogía Waldorf se caracteriza por la estrecha relación entre el maestro y sus alumnos, lo que permite una conexión profunda con los niños y sus familias, facilitando un ambiente de colaboración. Aunque pueden surgir desafíos, como la falta de afinidad entre maestro y alumno, consideramos que estas situaciones son parte del proceso educativo. Los maestros superan estas diferencias a través de la autoeducación y el desarrollo personal, sirviendo de ejemplo para los niños. La flexibilidad es crucial, ya que los niños evolucionan constantemente, y el maestro debe renovarse para crear un aprendizaje dinámico y adaptado a sus necesidades.

En la enseñanza, el maestro es el mediador entre el niño y el mundo exterior, utilizando principalmente la palabra y las imágenes para transmitir el conocimiento de manera emocional y significativa. En esta etapa, fomentamos un enfoque artístico, donde la creatividad del maestro es fundamental para despertar el pensamiento y el sentimiento del niño.

A través de narraciones, el maestro utiliza imágenes y metáforas para hacer comprensible el conocimiento, evitando definiciones abstractas y mecánicas. El arte se convierte en una herramienta esencial para desarrollar un pensamiento vivo, estimulando la creatividad y un aprendizaje integral que involucra la mente, el corazón y el cuerpo.